¿Cinco años ya?
¡Madre mía! ¡Quién me viera!
Pareciera
que cinco años en segundos se van.
En fin, pareciera.
Ando por las mismas calles de antaño,
conociendo cada adoquín,
cada ruido y número en el portón.
¡Qué extraño!
Que sólo sea aquí
donde exista este olor.
Este dulce olor que trae recuerdos
de un pasado mejor,
de un pasado lejano y mejor.
Todo congelado,
conservado,
como en espera.
Como queriendo que el amor volviera.
¡Qué sinsentido! ¡Qué poco apropiado!
Cinco años ya, ¡quién me viera!
A cada paso, una palabra.
A cada rincón, un beso.
Solíamos escondernos de la ciudad y sus habitantes.
¿Será que idealizo lo que ocurrió?
Será… sí, será eso.
No sé si los pasos que oigo son el eco de los míos
o si son los suyos que en cada esquina me esperan,
que andan cinco años por delante de mí y aceleran.
¡Bah! Vaya lío que tienes en la cabeza.
Vaya lío.
Tenía que haber cogido el abrigo que hace frío,
pero me empeñé en llevar su chaqueta.
Tonterías a mis veintiséis ya no pegan.
¡Hay que ser más discreta!
Voy a ir más rápido a ver si lo pillo.
A ver si me lo encuentro esperando en una esquina,
Sorprendiéndome como siempre hacía, el rubillo.
¡Cállate ya! ¡Qué pesado es tu coco cuando imagina!
No lo entiendo.
Te juro que no lo entiendo.
Impotente por no poder controlar ni lo que pienso.
Pero si en realidad te cae mal,
si no supo luchar por ti, el muy cobarde.
¿Por qué entonces te arde
que quieras volverle a hablar?
Por cobarde, ni siquiera sabes por qué acabó.
Por cobarde, te sientes mal contigo cada día.
Por cobarde, el muy cobarde ni sabría
explicarte lo que hace tanto ocurrió.
¡Me pone enferma!
Enfadada y con ilusiones.
¡Mecachis! Me voy a dar la vuelta.
Esta claro que no fue buena idea
volver aquí aunque sea
el único que entendería mis razones.
Es que no lo entiendo,
¡Te juro que no le entiendo!
Que siga pensando en él
después
de que todo aquello ocurriera,
no lo entiendo.
Seguramente creerá
que podrá leerme la mente,
que sigo siendo una niña.
Creerá
que me conseguirá fácilmente.
Iluso.
Pedante.
Pues que se vaya olvidando
porque antes
de que pueda hablar
pienso dejarle claras las cosas.
Verá,
que ya no funcionan,
que nunca más funcionarán
ni la música, ni el paisaje ni las rosas.
Se va a enterar.
Esta casa me suena.
¿He llegado ya?
Qué poco he tardado,
no tengo nada preparado.
En fin, valor que voy a llamar.
¿Estás segura?
No lo tengo tan claro.
¡Bah! ¡Llama ya!
¡Ding Dong!
¡Joder!
¿Y ahora qué hago?
6 comentarios:
¡Bueno! Pues después de estas dos últimas entradas, animo a todo el mundo a que siga con la conversación entre el chico de "Enfado" y la chica de "Resentimiento".
Diálogos internos
Diálogos internos
Que no me dejan en paz
Recordante con resentimiento
Por el dolor que me causas
Murmullos de mi mente
Que se repiten una y otra vez
Pidiéndome que me acerque
Y olvide el ayer
Tengo resentimiento
No lo puedo evitar
Así, tú retornaras
No te volvería a aceptar
Las flores y la música
Nada podrán borrar
Con ellos me conquistaste
Y mira lo que dejas
Violines y amatistas
No me permitan caer
De nueva cuenta
En sus brazos como ayer
PD. Aquí tienes mi respuesta a lo que me preguntas del poema que me leíste.
Encontré a alguien escribiendo al viento para encontrar algún día su amor y me pareció fascinante, así que le deje un poema como comentario al igual que a tí y me pareció digno publicarlo en mi blog
Un abrazo y gracias por poner enlace de mi casa de letras a la tuya eso es un honor para mis letras
Celia
Es muy bueno que saque de adentro todo lo que pensás y hace mal o por lo menos molesta en la cabecita.
mil besos
ding dong....
puedo pasar?
besos
mar
Muy buenas letras las tuyas, que sí, que sí.
Saludos nuevos.
Sentir tener el amor en tus manos y que de repente, se esfuma entre los dedos sin entender porqué...
Una herida que no cierra, que se guarda, con la esperanza de volver y que se cure de una vez.
Desilñusión, incomprensión , duda, incertidumbre y dolor por no haberse cumpido nuestra ilusión.
Sí, tiene que ver con mi último post.
Coincidencias... y es que de alguna manera, todos vivenciamos cosas o sitruaciones similares...
Gracias por escribirme.
Este texto ya lo había leído y por razones "tecnológicas" no había podido dejarte comentario.
Un cariño.
Eliana
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