Rápido,
descuelga el teléfono
antes de olvidarlo.
Árido
mi paladar
al intentar retenerlo.
Sabe ácido.
¡Tan evidente y no supo verlo!
Y por eso te odio irracionalmente,
por quedarme solo,
por ser tan difícil la vida sin ti.
Por quedarme solo.
¡Exprésate boca, que suena el pitido!
Prepara el discurso que vas a soltar.
Me lo hubiese impedido,
de haberlo sabido,
habría esperado unos cinco años más.
¡Mierda! Estos reproches son un infierno,
esta espera, una condena.
Mis voces, mi indecisión.
¡La rabia me quema
mientras espero a que descuelgue el teléfono!
Me harté...
¡No sé resistir!
¡No puedo aguantar!
Quizás me rajé.
La ocasión estaba ahí
y no pude esperar.
Supongo que tendré que volver a morir
esta noche y volver a pensar.
Pensar en lo que hice,
en lo que gané,
en lo que perdí,
otra vez.
Unos cinco años más.
Otros cinco años más.
¡Cada cinco años hablando solo,
sobre lo mismo!
¡Cada cinco meses, en mi cuarto y, sólo
por lo mismo!
¡Cada cinco semanas, cada cinco días, cada cinco horas
pensando en lo mismo!
A rastras por lo mismo.
Cuelga el teléfono.
¡Qué digo cuelga!
¡Arráncalo de la pared!
¡Traga saliva y sacia esa sed!
¡No vale la pena
ni la patada que das a la cama,
ni siquiera tu puño en la pared!
No vale la pena,
no quieres dar pena,
no pienses cejar,
es tu fuerza de voluntad,
es tu empeño...
es tu condena.
¡Ni de coña me rindo!
¡Ni de coña dejo que mi debilidad acabe con ella!
¡Ni de coña me vuelvo a dejar llevar
por el verde, las plumas y las estrellas!
¡Manda huevos tener que recuperar tu ángel!
¡Manda huevos tener respeto por quien lo robó!
¡Manda huevos ser una simple mitad de algo!
¡Manda huevos llevar tanta razón!
Y por eso te odio irracionalmente,
por quedarme solo,
por ser tan difícil la vida sin ti.
Por quedarme solo.
Ya no me importa.
No sé si es la costumbre o las ganas
de querer poder querer.
Y mi suerte no acierta.
Y mi buena intención
por mi odio descubierta.
Mi cabeza harta de tener
lo que no quiere y no poder
querer lo que no quiere
tener.
Otra vez, la misma herida abierta.
Y mi suerte no acierta,
y mi suerte no acierta.
¡Ding Dong!
¡Joder!
¿Llaman a la puerta?
miércoles, 22 de octubre de 2008
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
7 comentarios:
O_O Me he quedado realmente sorprendida al ver tanta rabia acumulada.
Un abrazo ;)
Tu rabia se siente, bastante.
Es bueno que la saques y no la guardes en ti porque no es poca, es tal vez demasiada y puede desintegrarte a paso lento. Qué una hada venga y te la quite, porque no quiero que eso feo viva en tu ser, amigo.
Post scriptum: escribes que te cagas, cariño!=P (mira qué clase tengo al expresarme, no perdona, al exprimirme =p)
Jajajaja... gracias a las dos. De todas formas, la persona del poema no soy yo jejejeje.
Gracias por tu comentario. Tu "ventana" es muy variada y digna de colarse en ella.
Saludos.
Ese bronca, esa rabia, es muy bueno sacarla de algún modo y si es escribiendo, mejor...
muy bueno.
Mil besos
ay por los Dioses!!!! tu ha sido el único que ha comprendido mi post de "Agoniza... tierra" nadie, creo entendia a lo que me refería... gracias por tus palabras... me hiciste feliz, pero, yo pienso igual que tu... pagaremos el daño a ella...
¡Fantástico! Fantásticas palabras que todos y cada de nosotros mas de mil veces nos hemos dicho interiormente, expresaste perfectamente bien todas esas cosas que pensamos y no decimos tantas veces.
Mis saludos.
Publicar un comentario