Raúl despetó de repente en su cama. Las sábanas de franela llenas de sangre le relataron en un segundo que su operación de nariz no estaba del todo curada. Se quedó un rato haciendo dibujos con las irregularidades de las paredes de gotelé. Le encantaba hacer esas cosas. Se levantó con parsimonia, se aseó y preparó el desayuno y la cartera para ir a la universidad. Siempre llegaba tarde a clase, pero le encantaba ir pensando en un montón de cosas inútiles en el camino, para él la vida era mucho más importante que llegar a tiempo a una clase en la que los primeros cinco minutos no iba a hacer nada de todas formas. Raúl era del típico que se encontraba muchas veces haciendo algo de forma inconsciente. Muchas veces hablando solo, otras riéndose solo, otras actuando como si alguien lo estuviese mirando por un resquicio de la puerta. Él era así, su voluntad de trabajo exánime debido a sus deseos de dejar libre su mente de las tareas y las obligaciones del mundo terrenal. Total, tampoco era de los que necesitara guardarlo como un secreto. Fue un chico popular desde el primer día. Al parecer le resultó bastante guapo para un grupo de chicas de su clase que se atrevieron a presentarse y conocerlo el primer día. Él no tiene nada que decir que puedan interesarle a ellas, ellas piensan de él lo mejor mientras no salga nada de su boca que lo delate. Era un buen trato.
Pero su aburrimiento en un mundo tan hecho a priori, tan esquematizado, tan igual para todos y, por lo tanto, dentro del que él ya tenía su papel que representar, es lo que le quemaba los sesos todas las noches cuando visitaba a su almohada de lana. ¿Cómo podría cambiar esa situación? Poco a poco un plan se formaba en su cabeza.
lunes, 4 de agosto de 2008
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1 comentario:
Bueno...ahora ya me enganchaste!! Quiero saber qué pasa!! =)
Sigue adelante que me gusta! XD
[que conste que te he contestado otros comentarios, no te pilles el de tu última entrada no más]
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