miércoles, 13 de agosto de 2008

Al final

Sacrifiqué mi personalidad por la amistad,
la amistad por el amor,
el amor por el trabajo...

Al final, fue mi personalidad lo que no podía cambiar, porque es lo único que queda.

Eso,
y la familia.

3 comentarios:

Swan dijo...

Pa que veas.
Claro que es la propia personalidad la que nunca se tiene que modificar por agradarle al mundo .

La personalidad es maleable. Creo que cada persona tiene su propio molde y la propia personalidad cambia bastante dentro de este molde ya que como decía Luigi Pirandello, somos uno, nadie y cien mil Pero, una vez que se sale del molde propio sí se empieza a sacrificarla.

Claro que ser uno mismo puede tener un precio caro pero yo creo que vale la pena (siempre y cuando uno no sea un psicópata no? XD)

Si paras de ser tú mismo para agradarle a los demás, en quién te conviertes?

Sí, uno lo único que tiene es uno mismo. Y a quienes tienen la suerte, tambíen les queda la familia.

No sé...es una opinión. Es un tema complejo sobre el cual se podría hablar bastante realmente. Tu escrito en sí y mi comentario, dejan muchas cuestiones pendientes, pero bueno ahi dejé mi opinión.

5besos!

Celia Rivera Gutierrez dijo...

Muy profundo tu pensamiento, como para meditar.

muy pequeño, en tamaño y grande en su contenido.

Un saludo y gracias por compartirlo
Celia

Tortuga dijo...

Juande, que sepas que me ha encantado esta entrada. Es de hace ya un tiempo como veo, pero lo que has escrito es algo eterno y una verdad como un castillo.

Llevo tiempo esperando por una nueva entrada, aunque, ya sabes, lo bueno se hace esperar, supongo ;)

Un beso enorme Koala mío!